domingo, 14 de octubre de 2012

Las estrellas no están tan solas (21.733)

Muchas veces pensamos en el espacio exterior como un gran sitio lleno por solitarias estrellas, cada una siguiendo su propio camino por el cosmos, evolucionando, girando. 
Sin embargo, las estrellas no son tan solitarias.
 La gran parte de ellas se desarrollan en grupos, parejas, tripletes, o enormes cúmulos. Durante el largo camino que las estrellas siguen desde su nacimiento, en alguna gran nebulosa, hasta su desdichado fin, las estrellas no están
 tan solas. Y observar estas asociaciones de estrellas ha motivado a artistas
 y científicos a lo largo de toda la historia.


Podemos iniciar este recorrido observando una verdadera guardería estelar,
 una nebulosa de emisión conocida como la Nebulosa del Águila (M16) 
en la constelación de La Serpiente, en esta región tan densa de gas y polvo interestelar están naciendo muchas pero muchas estrellas continuamente. Cuando secciones de la nebulosa se comprimen por acción de la fuerza de gravedad, empieza a formarse una proto-estrella que, si tiene suficiente masa, se convertirá en una radiante y activa estrella jóven.


Algo similar sucedió en lo que hoy llamamos el cúmulo de las Pléyades (M45),
 en donde nacieron decenas de estrellas de la misma nebulosa, ahora son estrellas muy jóvenes y la nebulosa se ha debilitado mucho, y se ha vuelto invisible a simple vista, sin embargo la fotografía astronómica nos puede revelar el origen de este cúmulo.
Las estrellas siguen su evolución como grupos, y se ha revelado que en su mayor parte se asocian como parejas, o lo que llamaríamos estrellas dobles. Algunas parejas famosas son las estrellas que componen a Cástor (un tanto fáciles de distinguir con un buen telescopio) o “los ojos de Santa Lucía” en Tauro son buenos ejemplos de estas agrupaciones dobles. Sin embargo el caso que quizá sea más interesante y peculiar en cuanto a estrellas dobles sea Epsilon Lyra, que a simple vista se distingue como una estrella única, pero cuando la observamos en unos binoculares, salta a la vista de ser dos estrellas muy similares entre sí, pero cuando apuntamos un telescopio de bastante potencia, nos damos cuenta de que cada miembro de esta doble es también un sistema doble! Se le llama por eso comúnmente la doble doble, dos sistemas dobles unidos como un sistema doble. 
Además es particular que las cuatro estrellas tienen características 
muy similares entre sí.


En algunas regiones de nuestra galaxia las estrellas más viejas empiezan, por su parte, a formar enormes conglomerados, conocidos como cúmulos globulares.
 Se les llama así, ya que su forma es bastante definida y parecida a una burbuja llena de estrellas. Y llegan a albergar a millones de estrellas unidas todas por su atracción gravitacional. Algunos de estos cúmulos que pueden observarse a simple vista en los cielos de estas noches son el conocido pesebre (M44)
 en la constelación de Cáncer (en estas fechas cercano a Marte) y en lo personal mi favorito Omega Centauri (en la foto) adivinen de qué constelación! 
Que logra verse a simple vista cerca de la cruz del sur, y con binoculares alcanza a verse su esplendor, con un telescopio de aficionado ya es algo increíble.


Así que como lo podemos notar ahora, las estrellas no están para nada solas, 
allí arriba, en nuestros cielos ellas son testigos fieles de lo que significa crecer
 y evolucionar como hermanas con el mismo origen y muy posiblemente el mismo final. Podemos pensar ahora que quizá las estrellas no sean muy distintas a nosotros, que creamos estar solos a veces, pero cuando alzamos la mirada, nos damos cuenta de la bastedad de personas que nos rodean, crecen con nosotros, evolucionan con nosotros, sufren nuestros padecimientos 
y que sin duda todos llegaremos al mismo fin. 
Así que pensá, que al igual que las estrellas, no estamos solos!