
Llevarás en la piel, como sellos
de indeleble constancia,
el estigma de todos mis besos
abrasándote el cuerpo y el alma.
¡Qué me muera de amor si te miento,
qué no pueda nombrarte en palabras,
si consigues quitarte del pecho
esta gris procesión de nostalgia!
¡Qué no habrá como yo quien te bese
con altiva pulsión de milagro
y en el cerco de sed de tus labios
se desangre y se incendie!
¡Qué no habrá un amor tan amargo
ni tan dulce a la vez, como éste!
Del libro Llevarás en la piel.