Le he regalado horas a tantos vacíos
deambulado por tantas sórdidas estaciones
me he estrellado contra tantas sonrisas
que ya no cuento las magulladuras
en mis manos de gloria y de vergüenza
ni en mis pies enlodados por millares de atajos
A veces huele a sangre entre las flores
de tantos asesinos ventilados
la vida se desliza entre neuralgias
Y antes de morir
ya estoy ausente.