martes, 26 de febrero de 2013

En defensa del CO2 y contra el alarmismo climático

Mi viejo Espasa define contaminar como 'Penetrar la inmundicia un cuerpo causando en él manchas y mal olor'.


El CO2 es un gas inocuo, incoloro e inodoro.
 Por eso, cuando alguien en mi casa lo trata de "contaminante" voy a la estantería, agarro el tomo del Espasa , lo levanto y sin mediar palabra lo estampo en la cabeza, ya sea familiar o no, de quien haya utilizado ese adjetivo. 
Te pongo un ejemplo... Las coca-colas no sólo llevan burbujas de CO2 (6 g/litro; 1 millón de toneladas al año) sino que también desde el 2009 la compañía utiliza CO2 como refrigerante en sus miles y miles de máquinas dispensadoras. 
Coca-cola se enorgullece y Greenpeace le aplaude la campaña, diciendo que así contribuye a evitar el "calentamiento global".
Antes sus frigoríficos llevaban clorofluorocarbonos, CFC"s (cloro-flúor-carbono), pero desde el Protocolo de Montreal, en 1989, en el que se dictaminó que el cloro que soltaban en la estratosfera era malo para el ozono y que  había que prohibirlos para salvar al Planeta, los productores se pasaron en gran medida a los hidrofluorocarbonos, HFC"s (hidrógeno-fluor-carbono), sin cloro.
Pero resulta que estos gases tampoco son "buenos".
 Las moléculas de  HFC"s tienen un poder de calen-tamiento (global warming potential) miles de veces superior a las moléculas de CO2.
 Por eso ahora, la Comisión Europea, —líder mundial en dictar leyes para la Salvación del Planeta— pretende imitar a la Coca-Cola y para salvarnos del tórrido calentamiento (la temperatura global no ha subido nada en este siglo) hace lo que mejor sabe hacer : prohibir. Va a dictaminar que los hidrofluorocarbonos de los frigo-ríficos domésticos estarán prohibidos 
en el 2015 y de los frigoríficos comerciales en el 2020.
Un triunfo para el CO2, pues solventados los problemas técnicos del compresor, es el gas refrigerante con más porvenir.
 Ni es tóxico, ni es inflamable, ni contamina. 
Da la chispa de la vida y es rabiosamente natural.