El grueso de las pruebas nucleares se realiza en el Nevada Test Site (NTS), un amplia área de tres mil quinientos kilómetros cuadrados dedicada al ensayo de dispositivos nucleares, inaugurada el 11 de enero de 1951 por Departamento de Energía de los Estados Unidos. Se encuentra situada en el desierto de Nevada, al sureste del Condado de Nye y a unos 100 kilómetros de la ciudad de Las Vegas. Un inhóspito lugar desértico de terreno montañoso.
En el Condado de Nye, a sólo 105 km al noroeste de la ciudad de Las Vegas, se halla el Emplazamiento de pruebas de Nevada, una reserva de 3.500 km2 de desierto y terreno montañoso en la que desde 1951 el Departamento de Energía de Estados Unidos ha venido realizando ensayos con armas atómicas de manera periódica.
Se estima que en los más de 60 años transcurridos desde que el 27 de enero de 1951 el ejército norteamericano detonase una bomba nuclear de 1 kilotón, se han llevado a cabo más de 900 tests con armamento atómico en esta zona, 828 de los cuales han sido subterráneos.
El más notable de todos ellos fue posiblemente el conocido como Test Sedan, cuyo propósito era estudiar hasta qué punto era factible utilizar bombas nucleares para remover gigantescas cantidades de roca de manera casi instantánea y facilitar de esta manera la creación de obras civiles tales como canales, minas o puertos. A tal efecto, el 6 de julio de 1962 se hizo explotar una bomba de 104 kilotones a varios metros de profundidad.
La prueba fue un desastre: la deflagración desplazó más de 12 millones de toneladas de tierra, eso es cierto, pero también oscureció el cielo en un radio de 8 kilómetros, generó ondas sísmicas equivalentes a un terremoto de
En el Condado de Nye, a sólo 105 km al noroeste de la ciudad de Las Vegas, se halla el Emplazamiento de pruebas de Nevada, una reserva de 3.500 km2 de desierto y terreno montañoso en la que desde 1951 el Departamento de Energía de Estados Unidos ha venido realizando ensayos con armas atómicas de manera periódica.
Se estima que en los más de 60 años transcurridos desde que el 27 de enero de 1951 el ejército norteamericano detonase una bomba nuclear de 1 kilotón, se han llevado a cabo más de 900 tests con armamento atómico en esta zona, 828 de los cuales han sido subterráneos.
El más notable de todos ellos fue posiblemente el conocido como Test Sedan, cuyo propósito era estudiar hasta qué punto era factible utilizar bombas nucleares para remover gigantescas cantidades de roca de manera casi instantánea y facilitar de esta manera la creación de obras civiles tales como canales, minas o puertos. A tal efecto, el 6 de julio de 1962 se hizo explotar una bomba de 104 kilotones a varios metros de profundidad.
La prueba fue un desastre: la deflagración desplazó más de 12 millones de toneladas de tierra, eso es cierto, pero también oscureció el cielo en un radio de 8 kilómetros, generó ondas sísmicas equivalentes a un terremoto de
4,75 grados en la escala Richter y, por encima de todo, generó una lluvia radiactiva que afectó a 8 condados colindantes y expuso a los peligros de la radiación nuclear a más de 13 millones de ciudadanos estadounidenses. Para el recuerdo de curiosos y turistas dejó un cráter de 390 metros de anchura y 98 de profundidad, el mayor que ha provocado jamás una explosión nuclear.



