Camina por la calle con paso lento, solo,
se sienta cansado en cualquier parte,
no tiene a nadie que le espere ni perro que le ladre,
sus manos tiemblan de frío, de frío el alma,
calles alegres, gente que ríe, soledades le arrancan.
Su pelo cano, la arrugada piel, delatan su historia pasada,
su mirada perdida busca un alivio, desvarío en la memoria,
No hay lecho donde descansar sus heridas de guerra,
la guerra de la lucha por la existencia,
no hay un colchón viejo siquiera donde llorar.
Lo miro, le doy unas monedas,
me da las gracias, nos miramos, tristes,
y la impotencia hace acto de presencia.
y la impotencia hace acto de presencia.
En casa pienso, pienso y cavilo, miro por la ventana,
la Luna reluce y apaga los corazones solos.
Sin más.