He sido atravesado por la flecha de Cupido una vez en la vida.
He sentido temblores y escalofríos en más de 80 ocasiones.
He notado una docena de mariposas bailar por mi estómago.
He visto latir mi corazón a mil por hora y volar al tiempo a una velocidad
de 300.000 kilómetros por segundo cuando ella estaba aquí y cuando no, he contado también horas, minutos, segundos e incluso, milésimas de segundo.
Le he dicho ¡Te quiero! 365 veces al año y he tenido con ella,
silencios de más de cinco minutos de duración.
Y por motivos que sabría cuantificar, cada mañana,
ella ha decidido vivir en mi ecuación.