
La gente se muere así, sin más, continuamente.
La vida es mucho más frágil de lo que crees.
Por lo tanto, debemos tratar a los demás de manera que, a su muerte, no nos queden remordimientos.
Con justicia y, a ser posible, honradez.
A mi no me cae bien la gente que, sin haber hecho nunca el esfuerzo,
cuando alguien muere llora y se arrepiente.
No, no los soporto.
Fragmento de Baila baila, baila de Haruki Murakamí
Fragmento de Baila baila, baila de Haruki Murakamí