Tenían todo el conocimiento aprisionado en su memoria, después de caminar juntos los tiempos, inculcadas las plagas que acumula la vida y sus desencuentros, hasta que al final, en una inocente emboscada, se convirtieron en ángeles de un Paraíso sin manzanas...
- ¿Ud. sería tan amable de darme besos de los de antes?
- ¿Y cómo puedo saber cuáles son esos besos, señora?
- Bueno, si Ud. fuera mi marido lo recordaría...
- Y si Ud. fuera mi mujer yo me atrevería...
- Pero dígame Manuel: ¿qué somos nosotros?
- No lo se... Ud. me resulta cercana, pero la verdad que no recuerdo qué vínculo nos unía...
-Bien Manuel.Si a Ud. no le parece mal...
-arriesga ella con briznas de picardía en los ojos.
- Diga Ud. Alcira...
- Pues cuando venga la enfermera de las 10, le pedimos que nos lo aclare y en ese caso, sabremos a qué atenernos....