Allí es donde de tanto en tanto regresamos
impregnados del viscoso lastre de la nada
renegando de contratos aberrantes
luego de transitar galaxias de desamparo
de andar perdidos entre rotundas oquedades
ahí es donde parece que siempre hay un espacio
en el cual resulta natural acomodarse
y hay algunos que entienden nuestra lengua.