
Érase una vez un hombre
dedicado a investigar
hasta que un día descubrió
el modo de dominar el mar:
primero lo vació
y después lo atornilló.
Pero este mar aherrojado
iba perdiendo el azul
y a nadie le interesaba
un océano oxidado.
Fue vendido a un inversor
que ofreció un justo desprecio
y pronto el mar recuperó
todo su antiguo prestigio,
convertido en material
de revestimiento de edificios.
dedicado a investigar
hasta que un día descubrió
el modo de dominar el mar:
primero lo vació
y después lo atornilló.
Pero este mar aherrojado
iba perdiendo el azul
y a nadie le interesaba
un océano oxidado.
Fue vendido a un inversor
que ofreció un justo desprecio
y pronto el mar recuperó
todo su antiguo prestigio,
convertido en material
de revestimiento de edificios.