“¿Por qué los ricos se hacen más ricos, los tramposos son cazados, y su vecino suele parecerse a usted?” es el eslogan de este libro cuyo título me resultó muy atractivo, y que incentiva a leerlo con este resumen:
Entre las ciencias sociales y las ciencias naturales siempre ha mediado un abismo. Sin embargo, partiendo de la idea de que el universo humano no está desvinculado ni existe al margen del universo en general, el propósito de
“El átomo social” es explicar por qué la ciencia no está atravesada realmente por esa brecha, y por qué los conceptos y las leyes de la física son aplicables a la sociedad del mismo modo que lo son a la naturaleza.
Este libro pretende, en definitiva, mostrar que la física social no es sólo una vieja aspiración intelectual del ser humano, sino también una realidad científica cada vez más afianzada sobre sus progresos.
En palabras del autor, “los fenómenos sociales aparentemente complejos suelen tener un origen simple, y tal simplicidad se descubre analizando el modo en que los seres humanos también están sujetos a leyes que no difieren de las de la física.
El átomo social es una exploración de esa idea, y del profundo cambio para la ciencia que viene asociado a ella”.
La moda, el comercio, la bolsa, la delincuencia, la guerra, las filiaciones políticas o el odio étnico nos plantean incógnitas que pueden ser desveladas sin tener que remitirnos a la vaga imprecisión de enfoques narrativos o literarios. Desde la perspectiva adecuada, se descubre que los fenómenos sociales complejos son tan regulares y susceptibles de previsión como una órbita planetaria.
La idea, como los seguidores más veteranos del blog sabrán, es algo que yo ya tenía en mente desde hace tiempo escribir aquí, y si bien el libro no profundiza tanto como me habría gustado en algunos puntos, facilita una abismal cantidad de datos experimentales que desconocía y resultan de lo más curioso.
Destaco algunos de los más importantes (recalco el algunos, porque el libro es más amplio que lo que voy a exponer), que o bien se realizaron por simulación o con personas reales:
- En un sistema de personas de distinto color no racistas, pero que se sientan incómodas si más del 30% son del color contrario, surge la discriminación racial y al cabo de cierto tiempo se forman guetos y barrios asociados a un color a partir de esta única condición.
- Los humanos no piensan racionalmente siempre que pueden como suponen los economistas. Cuando a un grupo de catedráticos matemáticos se les planteó un sencillo sistema de ecuaciones de 2 incógnitas la inmensa mayoría contestaron mal con lo primero que les venía a la cabeza por no perder tiempo haciendo las cuentas ya que no se jugaban nada.
- (El problema era sobre una pelota que costaban $1 más que un lápiz y que entre los dos sumaban $1,1 Casi todos contestaron que la pelota costaba $1 y el lápiz $0,1 )
- Cada vez que surge algo nuevo en un sistema social (un modelo de móvil, gente que comienza a aplaudir tras un espectáculo, coches atascándose…) la gráfica que representa el número de individuos que se unen a la novedad frente al tiempo es parecida a una gaussiana (en realidad decae potencialmente) y es idéntica para todos los fenómenos en los que intervienen humanos.
- Para que exista cooperación entre dos individuos parece imprescindible que vayan a interaccionar muchas veces seguidas, y de lo contrario (si nunca se van a volver a ver) ambos tenderán a ser egoístas.
- Cuando se encierra juntas a dos personas al azar y a una se le da dinero y se le dice que puede dar a la otra la cantidad que quiera antes de irse en general comparten el 40% de la ganancia, muy en contra de lo que los psicólogos que plantearon el experimento se experaban. Parece que aunque no vaya a haber interacciones futuras la gente acostumbrada a cooperar no asimila que las condiciones de la interacción han cambiado y asumen que pueden volver a encontrarse a su compañero en un futuro.
- Si definimos magnitudes tales como el dinero o el número de personas que trabajan para nosotros como W, la cantidad de personas que disponen de una cantidad W de esa magnitud es inversamente proporcional a una potencia de W.
- Eso es, si hay 4 veces más personas con 5 millones de $ que con 10 millones, también habrá 4 veces más personas con 10 millones que con 20 (el dinero se multiplica por 2, y la cantidad de personas que lo tienen disminuye en un factor 2 elevado al cuadrado). Este patrón es similar a la relación entre la cantidad de ríos con una cantidad de caudal Q, o la cantidad de montañas con una altura H, lo que nos facilita un teorema de conservación, ya que por mucho que cada vez que una persona pierde dinero lo gana otra, sabemos que en general la relación del número de personas que disponen de W dinero es constante.
Destaco concretamente esta explicación sobre el etnocentrismo (que abarca los problemas del nacionalismo, el racismo y el encuentro de religiones, entre otros, simultáneamente):
En la mayoría de las sociedades (…) las personas se relacionan como individuos más que como meros representantes de un grupo racial, cultural o caracterizado por cualquier otra seña. Se relacionan repetidamente porque viven y trabajan juntos, tienen recuerdos y amigos en común, y establecen vínculos de confianza y de pensamiento que menoscaban la potencia soterrada de estas etiquetas. Estos otros mecanismos para la sana interacción social (…) mantienen el etnocentrismo a raya. (…) Éste puede darse, o se dará efectivamente si la gente se ve de alguna manera forzada a tomar decisiones sobre la única base de etiquetas inflexibles y superficiales. (…) Los epidodios de violencia y odio étnicos constituyen una involución de la organización social humana hacia un estado más salvaje.
En resumen, es un libro que versa sobre la matematización de ciertos fenómenos que devuelven conclusiones sorprendentes, y hace hincapié en la frase:
La opinión pública ha estado tradicionalmente dividida en dos partes: aquellos que piensan que la ciencia es capaz de cualquier cosa, y aquellos que temen que lo sea.
así que tanto si tu escepticismo te recome por dentro como si no, considero que es una lectura obligada bien sea para afianzar una convicción o para reconsiderar darle una oportunidad al determinismo social.