lunes, 13 de abril de 2015

KABBALAHEl



KABBALAHEl Libro de la Creación

 - El Sefer Yetzirá:

La Cábala está destinada a cada judío. 
Se cuenta que sobre el Sinaí fue revelada la Torá a Moisés y tal revelación obliga a los israelitas a conocerla.

 El mismo Maimónides incluye en sus prescripciones la obligación que tiene todo judío de instruirse, no sólo sobre la Torá, sino también sobre otros asuntos referidos a la Creación (Bereshit) y al carro (Mercavá).

El Sefer Yetzirá es el más importante de los libros místicos y es la transición entre el misticismo judío de Oriente y la Cábala europea. 

Es el libro filosófico más antiguo escrito en hebreo.

 Fue escrito en el siglo VIII y la tradición se lo atribuye a Abraham y también al rabí Akiva.

Los textos del Sefer Yetzirá no están completos y recién en el siglo XVIII fueron traducidos al inglés y al francés. 

Pero, a pesar que faltan muchos fragmentos, conserva un orden donde se pueden encontrar explicaciones acerca de las emanaciones del Creador, las Sefirot; sus principios morales y las interrelaciones entre las letras sagradas, el hombre y el universo.

El Sefer Yetzirá traza un paralelo entre el origen del mundo y las 22 letras del alfabeto hebreo; explica los "32 senderos sabios" que Dios creó entre el macro y el microcosmos.

Para la creación de los 32 senderos, Dios tuvo en cuenta tres palabras:
Sefar, que representa el cálculo, la letra considerada como cifra;
Sefer, la escritura, lo numerado;
Sipur, que expone la emisión de la palabra.
Así entendemos que todo comenzó con la Palabra, el Verbo, y según los cabalistas, para que este Verbo pueda ser pronunciado, el Creador lo talla en cinco regiones de la boca:
Garganta: Alef, Hei, Jet, Ain
Labios: Bet/Vet, Vav, Mem, Pei/Fei
Paladar: Guimel, Iod, Jaf/Kaf, Qof
Lengua: Dalet, Tet, Lamed, Nun, Tav
Dientes: Zain, Semej, Shin, Resh, Tzadi

Las Sefirot

Son emanaciones de Dios y simbolizan diez aspectos distintos del Creador, constituidos por diez círculos que revelan la multiplicidad de lo Uno, de su divinidad. Están representadas por los diez dedos de las manos, que reciben, durante la plegaria (con las palmas hacia arriba) la energía, la bendición del Todopoderoso.
El origen de la primera séfira está en el soplo que se llama Ruaj. En la segunda séfira se esculpieron las 22 letras del alfabeto sagrado.

 En la tercera surgió el agua. Luego, el agua hizo surgir la tierra y en la cuarta séfira apareció el fuego, en donde el Hacedor selló sus nombres: arriba, abajo, en el norte, en el sur, en el poniente, en el levante.

Las seis sefirot restantes indican los cuatro puntos cardinales y los dos polos. Las sefirot y las 22 letras forman un camino que es el intermediario entre la infinitud de Dios y la finitud del hombre.

En la primera séfira surge la Luz Divina. No se sabe cómo, pero sí que son emanaciones del pensamiento del Hacedor. 

En el Sefer Yetzirá se trata de explicar las luces de ese pensamiento: 
el Principio de los Atributos. 

Las sefirot actúan como vasos recolectores que recogen las sustancias absolutas de las cosas y nunca sufren alteraciones; pero que, al alejarse
 de la Fuente de Vida, pierden su brillo y su fuerza.