viernes, 28 de marzo de 2008

Y al final aprendieron.


24 de diciembre de 2007. Como cada año, los 3 Reyes Magos se dirigen a las Grandes Tiendas para cargar los camellos con ayuda de sus pajes. Cuando Melchor desde la ventana que da al exterior del edificio contempla sus camellos estacionados en la calle, en doble fila, y bloqueando por delante la salida al trineo de Papá Noel y que por tradición secular realiza todos los años esta profunda reflexión.

MELCHOR- Que cosa!!! , vean esto, ya se nos ha vuelto a adelantar otra vez el Gordo ese de rojo-jo-jo-jo.

BALTA- Si tiene prisa, cuando quiera salir tendrá que trabajarse la paciencia, nuestros camellos están cansados y nosotros no tenemos que hacerlo hasta el día 5, que grite el gordo.

GASPAR- ¿Y qué se podía esperar de ese petulante? Siempre quiere llegar el primero y si está así de gordo es gracias a sus renos voladores que estarán hasta la cornamenta de ese Gordo creído. Con nuestros camellos y nuestros pajes nosotros no necesitamos más ayuda ni tenemos ese estrés. Además, miren aquel reno, con tanto color parece un semáforo y con tantos cascabeles parece confundir estas fechas con las del carnaval.
¡Hay que ser más discretos, Gordo!

BALTA- No hay de qué preocuparse compañeros, eso es problema suyo y de su psicólogo. Desde que anuncia la Coca Cola esa, se lo tiene muy creído y no se entera, que él es el aperitivo y nosotros el plato fuerte de las fiestas de los niños.

Pero no se percataron de que tras la sección de lencería femenina estaba escondido Papá Noel, esta vez bajo el disfraz de Santa Claus y con alguna prenda sobre su cabeza para disimular mejor, pero no pudo reprimirse y al escucharlos y pegó un salto y enojado les contestó:

PAPÁ NOEL- Sería un aperitivo sustancioso y suculento como a mí me gusta, todo a lo grande. ¿No les parece caballeros?

BALTA- Gordo. Seboso. Grasiento talle XXXL.

PAPÁ NOEL- ¿Ya empezamos otra vez como todos los años?

BALTA- Gordo, quería decir todo a lo grande, ¿no era eso?

MELCHOR- Perdone a Balta colega, pero el inglés no es lo suyo, en su país, gordo y grande se dicen de la misma forma con la palabra “muy” y vienen a ser lo mismo.

BALTA- En mi país tampoco los papás noel se meten entre lencería ni las santas llevan barbas, ¿¿Se puede saber con quién estamos tratando? ¿Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o una chirusa de Crónicas Callejeras?

PAPÁ NOEL- Es una larga historia que ahora no viene a cuento, yo les podría decir que soy algo parecido a la Santísima Trinidad.

BALTA- Hereje, blasfemo, en todo caso al 3 en 1.

MELCHOR- No, basta ya de que este impertinente obeso nos pise el terreno cuando se le antoje, empezando por ocupar con su largo trineo toda la vereda reservada para carga y descarga de mercadería.

PAPÁ NOEL-Ni siquiera me fijé en ese detalle, en el Polo Norte no hay señales de tráfico, aparte me gustaría que me expliquen por qué soy yo él que se adelanta y no ustedes los que se atrasan

BALTA- Siempre le podemos regalar unos anteojos y un reloj que nos sobren.

PAPÁ NOEL- ¿Me están llamando chicato? Eso lo será su prima la de Oriente, ya no aguanto más a estos reyezuelos de cuento, deberían estar en la baraja jugando al truco. Truco, Retruco y Quiero Vale Cuatro.

En ese momento una niña que pasaba por allí con su hermanito y que lo había oído todo, se metió de repente en medio de la escaramuza de aquellos enormes seres de tamaño fabuloso, cuando ellos siempre habían creído que los niños no podían verles nada más que en las cabalgatas a propósito, pero ella, imponiendo con su presencia un silencio sepulcral y el rubor en las caras de todos los presentes, esperó a que recuperasen el aliento después de la batalla y empezó a reprenderles con firmeza de este sereno modo:

NIÑA- Cualquiera puede tener una mala noche pero ustedes, en este momento son la vergüenza de los cuentos, deben tener algún problema de comunicación propio de la edad. Sí, eso debe ser ¿Cuántos años, o debería decir siglos, tienen ya? Pienso que es el típico síndrome de los adultos. Parece mentira que a estas alturas desconozcan que hay otro lenguaje más universal que es el de la risa, aquí es ja, ja, ja; allí es jo, jo, jo; y más allá será ju, ju, ju pero eso qué importa cuando la alegría se expresa igual en todos los rincones del planeta y es la sal de la vida, y si es pura, inocente y sin malicia como la de los tiernos niños, todavía mejor.
Hay muchas otras formas de entenderse que no son a golpes limpios por muy Reales, Soberanos o Santos que sean los golpes; No sean tan ingenuos o ustedes también se creían aquello de que los niños no podemos verlos de verdad. Eso son cuentos para que se lo crean los mayores, pero no se lo dirán ¿verdad que no?.
Háganme caso y den ejemplo, no se dejen dominar por sus barbas, sus kilos o sus coronas.

A partir de entonces todos decidieron colaborar juntos ayudándose mutuamente tanto el 25 de diciembre como el 6 de enero y llevaron a los niños con ellos montados en la Gran Estrella Radiante de la Navidad.

Adolfocanals@educ.ar

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