jueves, 3 de abril de 2008

Lunas azules.


Hay cosas que pasan sólo de cuando en cuando. Por ejemplo, "de Pascuas a Ramos" (que literalmente y según la tradición cristiana vendría a ser cada año menos una semana), o "de higos a brevas" (varios meses, a diferencia del poco tiempo que transcurre en la secuencia inversa de los dos tipos de frutos de la higuera).

Los anglosajones utilizan otra expresión similar: "once in a blue moon", que hace referencia al periodo de tiempo que separa el avistamiento de dos lunas azules. Pero, ¿qué es una luna azul?

Existen dos definiciones principales. La primera, más reciente y comúnmente aceptada dice que una luna azul es la segunda luna llena que cae dentro del mismo mes del calendario (lo que ocurre un promedio de 7 veces cada 19 años). Así que la palabra blue quizás no tenga tanto un significado cromático como sentimental, inducido por la hipotética melancolía de una luna llena que tiñe de tristeza su esplendor al sentirse algo segundona.

Otra acepción más antigua define una luna azul como la tercera luna llena en una estación que tiene cuatro de tales efemérides. Y toda esta preocupación por el recuento de lunas llenas tiene que ver con el calendario cristiano eclesiástico.

En realidad, hay algunas otras variantes y diferentes formulaciones para el cálculo astronómico de las lunas azules. Definiciones todas ellas arbitrarias, al fin y al cabo. Y como la idílica flor azul del Romanticismo, son fruto de levantar la vista en busca de lo extraordinario, sin percatarnos quizás del reflejo de algo que nos queda mucho más cerca.

Porque de momento, que se sepa, lo verdaderamente azul sigue siendo nuestro propio planeta.

Adolfocanals@educ.ar

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