jueves, 24 de abril de 2008

Pan y queso.

Ellos dos, juntos en un descampado, bajo el resplandeciente sol de una tarde silenciosa y árida. Una considerable distancia los separa. Se semblantean a lo lejos, no dejando nunca de tener sus pies juntos. Entonces uno comienza.

- Pan.

Y coloca su pie izquierdo inmediatamente delante de su par derecho, haciendo que el talón de aquél roce la punta de éste.

- Queso.

El otro hace lo propio. Y lentamente van avanzando alternándose en sus pasos, hasta lograr la máxima cercanía, la pisada ganadora, aquella que ubique finalmente un pie por encima del que posee el oponente.

- Pan.
- Queso.
- Pan.
- Queso.
- Pan.
- Queso.

Y uno de ellos tuvo que pisar al otro.

- Gané.
- Pues bien; entonces te toca elegir primero.

El vencedor miró a su alrededor con sigilosa convicción. Quiso no omitir detalle alguno y optar por lo mejor.

- Elijo a este sol maravilloso, por alumbrarnos en la tarde.
- Yo a la tierra en donde vamos a jugar.
- Al aire que respiro.
- Al agua que beberemos luego.
- A las circunstancias de la vida.
- A mis propios recuerdos.

Cuando los equipos se iban conformando y las opciones acabando, el ganador comenzó a dudar. La reprimenda de su oponente no se hizo esperar.

- Dale, elegí. Así después voy yo y nos ponemos a jugar.
- Es que no sé...
- Dale, lo que sea.
- Pará, pará...
- ¿Y ahora?
- Voy a elegir algo importante, que no se me había ocurrido en primera instancia.
- Qué cosa.
- Te elijo a vos.
- Pero yo soy del otro bando.
- No importa, te elijo a vos.
- Es que...
- Ya está, sos de los míos. Te toca.
- ¿Me toca elegir?
- Sí.
- ...También.
- También qué.
- Te elijo a vos.

Va a haber un día en que no nos falte nada; será el mismo día en que sentiremos que de algo estamos careciendo. Alguna vez me dijeron que en los círculos habita lo vicioso de la contradicción, puesto que en su delimitado trayecto no es posible hallar con precisión el comienzo ni el final. También me advirtieron que con las líneas rectas eso mismo no sucede, dado que claramente pueden apreciarse nociones tales como el ayer, hoy y mañana...Recuerdo que me lo comentaron con un inusitado ímpetu; como si anoticiarse de ello fuera, necesariamente, una ventaja.

adolfocanals@educ.ar

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