Un manuscrito conservado en la Biblioteca Marciana de Venecia da esta fórmula fascinante del juramento dictado, según la leyenda, por Ammael a Isis, esposa de Osiris:
“Juro por el cielo, por la Tierra, por la luz, por las tinieblas; juro por el fuego, por el aire, por el agua y por la tierra; juro por la altura del cielo, por la profundidad de la Tierra y por el abismo del Tártaro; juro por Mercurio y por Anubis, por los ladridos del dragón Chercurobos y del can tricéfalo Cerbero, guardián del Infierno; juro por el barquero del Aqueronte; juro por las tres Parcas, por las furias y por la maza, que nunca revelaré estas palabras a nadie más que a mi hijo noble y encantador.
Y ahora ve, busca al agricultor y pregúntale qué es el grano y qué es la cosecha. De él aprenderás que quien siembra trigo recibirá trigo, y quien siembra cebada recogerá cebada. Ello te conducirá a la idea de la creación y de la generación; recuerda que el hombre hace nacer al hombre, que el león hace nacer al león, que el perro reproduce al perro. Del mismo modo el oro produce oro, ¡he aquí todo el misterio!”.
adolfocanals@educ.ar
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