jueves, 29 de mayo de 2008

De brujas y aquelarres.



Cuando las brujas descubrían sus calderos hirviendo; agregaban la pizca de arena, un chorro de mosto rojo y tres machacados garbanzos blancos .

Comenzaba a volar aroma hacia el pueblo, que se inundaba de un mar borgoña y entre sus borracheras iniciaban el armado de la temida fogata inquisidora.

Era fácil para las hechiceras gestar la calma.
La leña húmeda de viña y el conjuro.

Derramaban tres candores : caminar descalzos sobre arena , poner pasión a la rutina y nacer palomas blancas por los hombros.

Nadie supo la causa de los cambios ni de la carcajada por la aldea, menos por qué saludaban a las brujas

Cada año se rogaba por el aquelarre.

adolfocanals@educ.ar

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