
En una calle de un barrio ultraortodoxo de Tel Aviv los hombres y las mujeres tienen que caminar por distintas aceras. La calle Admor Mevishna del barrio Bnei Brak es una de las principales de la zona, y al parecer el que los hombres y mujeres circularan indistintamente por ambas aceras ocasionaba, en opinión de las autoridades religiosas, demasiados roces físicos y visuales entre los ciudadanos de ambos sexos.
La ola de separación de sexos no es nueva: por ejemplo existe ya alguna línea de autobuses en la que hay vehículos diferentes para hombres y mujeres.
Los mismos rabinos han puesto el grito en el cielo al descubrir que muchas de las pelucas que compran las mujeres ultraortodoxas casadas tenían origen hindú, y de mujeres que se cortaban su cabellera en ceremonias religiosas.
Este motivo es suficiente para que ellos las rechacen y que ellas ahora utilicen, sobre todo, pelucas sintéticas.
adolfocanals@educ.ar
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