Elisa y sus girasoles.
Que no llegue la noche,
que se quede exiliada junto a sus fantasmas
de sábanas sin sol.
Bordando otra orilla que no sea mi cuerpo
durmiendo distraída es su alfombra de lana
navegando lejos de mis pies,
en otros mares.
Que yo ahora quiero un mar de girasoles.adolfocanals@educ.ar
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