jueves, 19 de junio de 2008

Maquillaje.




Era medianoche ya pasada. El reloj anunciaba el paso del tiempo mudo y abismado.

La luz sumisa a las tinieblas, dejo lugar en las casas, al descanso, a una mañana y un nuevo camino.

Afuera, la vida disminuida, en el persuadido misterio.

En ella, el pequeño duende extravió su ideal. Lloraba...enflaquecer todo su deseo de encaminar, toda base que podría esclarecer sus preguntas.

Encima de la mesa una hoja esperaba afable.
Fuera...infausto oscuro.

"intentamos toda una vida olvidar lo que fue, pero por muy irónico que parece, recordar es " borrar" poco a poco.”

Los momentos cuando se repiten se vuelven rutina y el dolor queda asustado, en un rincón, aunque de vez en cuando vuelve a sembrar en los ojos, ríos salados, argumentaba en su interior, y sin embargo, nuestro error, a los que han perdido una batalla en la vida esta en el hecho, que en lugar de mirar hacia adelante, añoramos el pasado, pero, el día de ayer ya no vuelve...mañana es un eterno hoy, habitando en el olvido, un recuerdo.

Seguía pensando en el ambiente de su casa, sentada en el sofá, mientras las notas de la canción " penetraban la falsa tranquilidad, sus razones pros y contras.

Residía arrinconada el recuerdo; el asedo dejo de cantar y por alguna parte de sus adentros caminaba descalza el miedo partiendo en jirones mi chiquillo firmamento de papel. Se sentía acobardada y desnuda en pleno desierto de las palabras.
Percibía el requisito de volar en tierras inexploradas...o simplemente huir hasta donde ni siquiera a mi misma puedo encontrarme.

Tenía frío, y le pesaba.
El miedo acabo en cuestionarla...
¿donde se quedo mi persona interior?...
¿en que momento se disipo la conexión con mis ilusiones?
¿...?
¿por qué decidí que es demasiado tarde?...
¿sabe alguien cuando es demasiado tarde?...
¿por qué dejé que la más pequeña brisa se apodere de mi voluntad?
o...quizás,
¿ya no quedaba nada por decir?...
¿acaso tiene fin el infinito? ,y si es así...
¿que sería de mi presente sin el pasado?...

El reloj anunciaba una vez más la fugacidad de un intervalo.

Dentro de toda esta premura, un papel y un lápiz aguardaban la magia de los versos, allí donde uno puede embelecar el momento y desfila el sueño rosado en su perdurable estreno que al caer el telón.

Ella, maquillando su adentro...y después... el silencio.

adolfocanals@educ.ar

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