jueves, 12 de junio de 2008

Paradoja...

.
Desde muy pequeño habían tratado de inculcarle el “ver, oír y callar”.

Él,
obediente, oyó y oyó, una y otra vez, ese lema.
Y,
acatándolo, se limitó a oírlo, no a escucharlo.


Fue así como aprendió a escuchar
y
no a oír, a conocer
y
no a ver, a conversar y no a callar.

adolfocanals@educ.ar

No hay comentarios: