
Desde muy pequeño habían tratado de inculcarle el “ver, oír y callar”.
Él,
obediente, oyó y oyó, una y otra vez, ese lema.
Y,
acatándolo, se limitó a oírlo, no a escucharlo.
Fue así como aprendió a escuchar
y
no a oír, a conocer
y
no a ver, a conversar y no a callar.
adolfocanals@educ.ar
Él,
obediente, oyó y oyó, una y otra vez, ese lema.
Y,
acatándolo, se limitó a oírlo, no a escucharlo.
Fue así como aprendió a escuchar
y
no a oír, a conocer
y
no a ver, a conversar y no a callar.
adolfocanals@educ.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario