jueves, 7 de agosto de 2008

Deseo ...


Ilustración: Mercedes De La Jara

...Sus ganas de volver aumentaban porque se sentía débil...

Su andar se volvió inseguro y casi todos los días caía en algún sitio,

se lastimaba con algo o, por lo menos, dejaba caer algo que tenía en la mano.

Había en ella un deseo insuperable de caer.

Vivía en un vértigo permanente.

Aquel que se cae está diciendo:

"Levantame..."

adolfocanals@educ.ar

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