miércoles, 6 de agosto de 2008

Hoy llueve ...


Llueve, tras de los cristales llueve...

Se ha levantado un día gris y como ya debía estar previsto en el planing celestial, han comenzado a caer las primeras gotas sobre los árboles del parque y que, al resbalar sobre las hojas, han caido suavemente a una tierra ávida de ellas.

Veo como caen sobre el pequeño lago, produciendo diminutas ondas, que se van extendiendo a un ritmo acompasado y que disturban la paz de aquellos peces que, asomando la cabeza, parecen protestar por interrumpir su calma.

Poco a poco el olor a tierra mojada va impregnando el aire matinal, que al unirse con los demás olores del parque, producen una sensación de suave borrachera.

Y toda la diversidad de aves que normalmente rompen el silencio cada mañana, han replegado sus alas en torno a su pequeño cuerpo, formando una especie de ovillo que disipa aquella fresca humedad que cala los huesos.Y allí, en las ramas de sus árboles, callan, respetando el santo silencio.

El agua cae con más fuerza y se empiezan a formar aquellos charcos, en los que las hojas caidas, se mueven como pequeños barcos. Sigue la calma, sigue el ruido acompasado de esa lluvia que parece el suave bombear de un corazón.

Nada rompe aquel momento, en el que vas sorbiendo, segundo a segundo, esa serenidad que ha nacido en este día gris. Y yo, paso a paso, me voy alejando mientras con voz muy queda voy cantando aquella canción que alguien creó en un día como éste.

Pintaron de gris el cielo y el suelo, se fue cubriendo de hojas, se fue vistiendo de invierno.
Llueve...

adolfocanals@educ.ar

No hay comentarios: