"Cuando comienza a caer la tarde, plácida, silenciosa, fría...
te recuerdo.
Cada día...te recuerdo.
Cuando caminábamos tomados de las manos,
abrigados, con las narices rojas por el aire frío.
Me gustaba que me cantaras esa vieja canción
del tiempo en Guerra,
"Lily Marlene"...como reíamos,
y de repente nos deteníamos a mirarnos de frente
y decirnos con la mirada lo felices que nos sentíamos.
Cuando comienza a caer la tarde,
me viene a la memoria tu cara de tranquilidad, de ternura...
que me hacía sentir tan protegida, tan querida...
Cuando comienza a caer la tarde,
se me aprieta el pecho de querer sentirte
a mi lado nuevamente,
¡¡¡ no te encuentro !!!
me entra un desasosiego
y mis ojos se llenan de ansiedad
mirando por todos lados...
a ver si te encuentro.
Cuando comienza a caer la tarde,
me doy cuenta que un día diste media vuelta,
sin mediar explicación ni causa,
y te fuiste de mi lado ...
para no volver.
Cuando comienza a caer la tarde, se va muriendo el día,
y yo también...."
...
te recuerdo.
Cada día...te recuerdo.
Cuando caminábamos tomados de las manos,
abrigados, con las narices rojas por el aire frío.
Me gustaba que me cantaras esa vieja canción
del tiempo en Guerra,
"Lily Marlene"...como reíamos,
y de repente nos deteníamos a mirarnos de frente
y decirnos con la mirada lo felices que nos sentíamos.
Cuando comienza a caer la tarde,
me viene a la memoria tu cara de tranquilidad, de ternura...
que me hacía sentir tan protegida, tan querida...
Cuando comienza a caer la tarde,
se me aprieta el pecho de querer sentirte
a mi lado nuevamente,
¡¡¡ no te encuentro !!!
me entra un desasosiego
y mis ojos se llenan de ansiedad
mirando por todos lados...
a ver si te encuentro.
Cuando comienza a caer la tarde,
me doy cuenta que un día diste media vuelta,
sin mediar explicación ni causa,
y te fuiste de mi lado ...
para no volver.
Cuando comienza a caer la tarde, se va muriendo el día,
y yo también...."
...
"Como un ave herida me derrumbé entre tus manos.
Tenía heridas que nadie podía ver, pero tu las sentiste...
no eran heridas comunes,
eran de esas que sanan muy lentamente ( a veces no sanan)...
pero me mantuviste entre tus manos tibias y me cuidaste,
me dabas una pastilla de color cada día.
Me acariciaste con tu mirada,
me reconfortaste con tu mejilla,
me apretaste contra tu pecho suavemente.
Tus manos ahí seguían...
aferrándome, sosteniéndome, aliviando el dolor.
Tus manos...
adoro tus manos...
profundas heridas, antiguas y recientes.
Tus manos...
nunca me dejaron caer nuevamente...
tus letras de infinitas tonalidades me hicieron grande y fuerte.
Cuando tú caigas...
no dudes, aquí están las mías"
...
Tenía heridas que nadie podía ver, pero tu las sentiste...
no eran heridas comunes,
eran de esas que sanan muy lentamente ( a veces no sanan)...
pero me mantuviste entre tus manos tibias y me cuidaste,
me dabas una pastilla de color cada día.
Me acariciaste con tu mirada,
me reconfortaste con tu mejilla,
me apretaste contra tu pecho suavemente.
Tus manos ahí seguían...
aferrándome, sosteniéndome, aliviando el dolor.
Tus manos...
adoro tus manos...
profundas heridas, antiguas y recientes.
Tus manos...
nunca me dejaron caer nuevamente...
tus letras de infinitas tonalidades me hicieron grande y fuerte.
Cuando tú caigas...
no dudes, aquí están las mías"
...
"Te miro desde lejos,
aquí oculta tras ese escritorio grande...
sí, ese que está allí,
justo allí.
Me paso despacio, sigilosa,
al otro lado de la gran habitación.
Me pongo al lado de un ordenador y ni te percatas...
Te observo,
cada movimiento, cada ademán,
cada vez que escribes en tu computador.
Te sientas, te paras, vas y vienes...
de repente tu mirada transparente se va...
se aleja (se fue..pienso, está creando...),
regresas como por un toque y vuelves a escribir rápido...
si descanso...
antes que las ideas se vayan.
Todos los días te voy a ver.
¿sabes por que?...
adivina..."
Elisa Golott.
aquí oculta tras ese escritorio grande...
sí, ese que está allí,
justo allí.
Me paso despacio, sigilosa,
al otro lado de la gran habitación.
Me pongo al lado de un ordenador y ni te percatas...
Te observo,
cada movimiento, cada ademán,
cada vez que escribes en tu computador.
Te sientas, te paras, vas y vienes...
de repente tu mirada transparente se va...
se aleja (se fue..pienso, está creando...),
regresas como por un toque y vuelves a escribir rápido...
si descanso...
antes que las ideas se vayan.
Todos los días te voy a ver.
¿sabes por que?...
adivina..."
Elisa Golott.
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