Un cuento para Elisa.

- Quién puede darme un par de puntadas,
para que unos pies majestuosos,
brillantes y ligeros vuelvan a calzarme?
-lanzó al aire el par de zapatillas de puntas-.

- Para qué quieres que te calcen por unos pies ligeros?
–preguntó curioso el aire.

- Para poder girar y danzar, y obtener éxitos y triunfos
–respondió el par de zapatillas extrañada por la pregunta del aire-.
Todo el mundo sabe que lo que más anhela
un par de zapatillas de punta
es triunfar,
cosechar éxitos y aplausos en sus actuaciones.

- Y para qué necesitas que te cosan?
–cuestionó de nuevo el aire-.

- Me encuentro en este estado por las numerosas actuaciones
en las que he participado –argumento el par de zapatillas-.

- En esas actuaciones cosechaste aplausos y éxitos?
–inquirió el aire-.

- Por supuesto. Aplausos y vítores hasta arrancar bises.
Qué buenos tiempos!
– recordó el par de zapatillas-.

- Si has conseguido tanto,
y ahora estás ajado y deteriorado por ese éxito,
porque no disfrutar de todo lo obtenido
y dejar paso a un par nuevo de zapatillas!
– sentenció el aire.

Y el par de zapatillas de punta enmudeció
y se quedó pensando en ello...

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