viernes, 1 de agosto de 2008

Una simple historia ...


Es como una niña pequeña a la que con mimo le cambian el vestido cada día.
La peinan y la perfuman esperando las visitas que no faltarán.

Sus manos indistintamente agarran su saco o extiende sus brazos
buscando algo que no sabe qué.

Su mirada, de unos ojos intensamente azules, miran hacia el frente, pero sin
saber que miran. Y sonríe cuando le dan un beso y se enfada si la atosigan.

Es como una niña a la que ponen un osito entre sus brazos y lo acuna como si
fuera un bebé. A veces se mesa el pelo inconscientemente, como si supiera
que su presencia tiene que ser agradable para cuando lleguen.

Y llegan.
Son ellos que se acercan a ella y la acarician y la miman.
De sus labios salen piropos que llenan la habitación.
¡Qué linda está hoy mi mamá!.

El otro le canta mañanitas y le toma la mano para ayudarla a
que lo intente acariciando su cabecita.

Ella no los conoce. Hace tiempo que sus imágenes se borraron de su memoria,
pero esa gran historia de amor, se repite cada día.
Le hablan. Le cuentan
sus cosas y las últimas novedades de la familia.

Ellos saben que ella está allí, pero dentro de su alma saben que hace tiempo
que marchó. Y salen después de besarla una y mil veces con el corazón
encogido.

Ella sigue con la mirada desvaida y una sonrisa en sus labios. Ella hace
tiempo se perdió en un extraño mundo.

Ella tiene Alzheimer
y ellos son sus hijos.

adolfocanals@educ.ar

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