Creo que tu alteración química no depende de lo cotidiano.
Es más profunda, a veces, sutil; otras, gozosamente mística y reveladora
también rabiosamente cotidiana en los buenos días y en el qué te apetece...
Cuatro o cinco moléculas que se reconocen de piel para fuera y de alma para dentro.
Las moléculas recuerdan,
laten y palpitan aceleradamente por esas otras moléculas compatibles que,
sin saber el cómo ni el porqué, laurean nuestros días y con un guiño de átomo,
como el rayo,
te ciegan irremediablemente quedando atrapada en su cálido regazo.
adolfoanals@educ.ar
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