lunes, 1 de septiembre de 2008

La pequeña Elisa ...

Ilustración: Beatriz Carbomade

“Lo que la pequeña Elisa sabía hacer como nadie era escuchar.
Eso no es nada especial, dirá, quizás algún lector; cualquiera sabe escuchar.

Pues eso es un error.
Muy pocas personas saben escuchar de verdad.
Y la manera en que sabía escuchar Elisa era única.

Elisa sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le ocurrían,
de repente, ideas muy inteligentes.
No porque dijera o preguntara algo que llevara a los demás
a pensar esas ideas, no; simplemente estaba allí
y escuchaba con toda su atención y toda su simpatía.

Mientras tanto miraba al otro con sus grandes ojos negros
y el otro en cuestión notaba de inmediato cómo
se le ocurrían pensamientos que nunca
hubiera creído que estaban en él.

sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja
o indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería.

O los tímidos se sentían de súbito muy libres y valerosos.
O los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres.

Y si alguien creía que su vida estaba totalmente perdida y que era insignificante y que él mismo no era más que uno entre millones, y que no importaba nada y que se podía sustituir con la misma facilidad que una maceta rota, iba y le contaba todo eso a la pequeña Elisa, y le resultaba claro, de modo misterioso mientras hablaba, que tal como era sólo había uno entre los hombres y que,
por eso, era importante a su manera, para el mundo...

¡Así sabía escuchar Elisa!"

adolfocanals@educ.ar

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