No tengo prisa.
¿Prisa de qué?
No tiene prisa
el sol y la luna: están seguros.
Tener prisa es creer que la gente
pasa delante de las piernas,
o que,
dando un brinco,
salta por encima de la sombra.
No; no sé tener prisa.
Si extiendo el brazo,
llego exactamente a donde mi brazo llega,
ni un centímetro más allá.
Toco sólo donde toco,
no donde pienso.
Sólo me puedo sentar donde estoy.
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