jueves, 20 de noviembre de 2008

Café oscuro ...


Café oscuro
en mañanas aún oscuras
donde no termina de amanecer;
sábanas revueltas en camas frías,
noches de insomnio al pensar
si sirvieron algo las palabras,
rotos ya los sueños
imaginados tras días de espera.

Miro por la ventana.
 lloro por ver el paisaje vacío,
panorama desolador que yo no compré.

El café aún caliente.
Mejor.
Leo su último verso
y me habla del andén de los sueños.
Allí quedaron,
junto a mis recuerdos hoy perdidos.
Y que reclaman su parte de vida robada.

¿Y la mía?
 no fue robada también...

No hay comentarios: