
Lluvia leve que se pierde en el silencio.
Estoy escuchando el disco dedicado a la película Los puentes de Madison County.
¿Qué más pedir con la voces de Johnny Hartman y Dinah Washington?
El álbum producido por el talentoso Clint Eastwood me hizo recordar su película.
Varias veces comenté de manera verbal con los amigos y por lo general, eran discusiones amenas. Unos definen a Francesca como una cobarde y otros la defienden al decirque tomó la decisión correcta y que valía la pena sacrificarse. Y por supuesto, las damas quedan enamoradas de Robert.
Francesca y Robert se conocieron en un agosto. Él, fotógrafo de Bellinghan llegó en su camioneta nombrada “Harry” a Iowa, buscando Roseman Bridge. Era casi de noche y hacía calor. Francesca, una maestra de literatura retirada para dedicarse al hogar, le indica el camino. Ella aún no sabía cómo cambiaría su vida en cuatro días.
Robert le expresó a Francesca: “En un universo de ambigüedades, este tipo de certidumbres llega una sola vez, y nunca más, no importa cuántas vidas le toque a uno vivir”. Él se enamoró. Todas sus búsquedas, sentimientos y reflexiones se le juntaron. Y sí, ella, en un día pudo quererlo.
Cuántas escenas y diálogos memorables, pero quizá la más conmovedora es donde Francesca pone su mano en la manija de la camioneta, está por decidir si abre esa puerta y sale corriendo tras los brazos de Robert odecide quedarse y seguir con su vida. Una vida que no volvería a ser la misma. Así como lo miró llegar en su vieja camioneta, también lo miró partir para siempre. En la distancia, se guardaron unidos.
La película está basada en la novela de Robert James Waller escrita en el año 1992. Diez años después, escribió Los caminos del recuerdo, una novela de conclusión a la historia Los puentes de Madison County.
Realmente una de mis películas preferidas...
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