
Era una noche melancólica
donde la ausencia se tornó un encuentro insólito.
Luces lejanas,
como las hojas suaves de los árboles,
atisbaron recuerdos escondidos
a través del espejo del crepúsculo.
Un hada blanca
me rozó con sus alas
y me dijo al oído muchas cosas.
Me dijo que tú eras
el constructor del hálito del tiempo.
Ana Muela Sopeña
No hay comentarios:
Publicar un comentario