
He apagado la nostalgia
del valle de la muerte
gracias a tu corazón
de papel de seda.
He cerrado las ventanas de la tristeza
y ahora mi piel se confunde con tu piel.
He encendido una vela,
para alumbrar el límite de tus párpados
y sentir las grutas
de todos tus secretos.
He abierto el umbral
de la alegría
y sellado la puerta
del desparaíso.
Ana Muela Sopeña
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