
A Gustavo
El roce de la vida
respira en tus galaxias,
con mis labios perdidos en tu mundo
y tu luna adherida a mis ensueños.
Mi cuerpo sumergido en el temblor
persigue los planetas sin descanso,
entre tus manos suaves y sonámbulas
y mi mar embriagado con las rosas.
Tus ojos son espejos
de la luz azulada del crepúsculo
y mis iris se cruzan con tu enigma.
Mi piel se ha consagrado a tus latidos
en sombra condensada de belleza,
atrapando el espíritu del tiempo.
Ana Muela Sopeña
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