
El descubrimiento de “fósiles” magnéticos alrededor de estrellas jóvenes en la Vía Láctea ha impulsado el tema de la existencia de campos magnéticos justo después del Big Bang.
El equipo se centró en los precursores de tales estrellas, conocidos como estrellas HAeBe, las cuales están en una etapa de la evolución en la que el gas y el polvo aún están colapsando en la estrella debido a la gravedad. Dado que estas estrellas son muy tenues y escasas en nuestra galaxia, ha sido imposible detectar y medir los campos magnéticos de estas estrellas anteriormente, dice Catala.
Los astrónomos usaron el Telescopio de Canadá-Hawai-Francia en Mauna Kea, Hawai para medir la división del espectro de las estrellas HAeBe a través de sus campos magnéticos y encontraron que tenían campos de unas pocas centésimas de tesla (www.arxiv.org/abs/0812.3805).
Esto descarta el mecanismo de dinamo, dado que estas jóvenes estrellas no han existido durante el tiempo suficiente para generar sus propios campos, por lo que deben haber procedido de otro punto. “Esto está en completo acuerdo con la teoría de campo fósil”, dice Catala. No obstante, añade que el equipo no está completamente seguro sobre su origen, “pero podrían, en efecto, ser primordiales”.
Francesco Miniati del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich, dice que aunque el estudio concuerda con la teoría de campo fósil, esto no demuestra que existieran los campos magnéticos primordiales. “Sería así si supiéramos que estas estrellas fueron estrellas primordiales, pero no lo son”, dice Miniati.
Catala está de acuerdo, pero dice que no existe ningún telescopio, existente o planificado, que pueda ver las primeras estrellas primordiales, dado que estarían a miles de millones de años luz de distancia.
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