viernes, 30 de enero de 2009

¡¡¡ Y ahora esto !!!


La presencia de grafito en el espacio 
trae de cabeza a los astrofísicos


Este mineral opaco podría estar absorbiendo la luz de las supernovas,
 lo que podría cuestionar la teoría vigente sobre la expansión del universo
 a partir de un Big Bang inicial

El descubrimiento de grafito en meteoritos muy antiguos y la posibilidad de que esta forma de carbono pueda estar diseminada por el espacio interestelar preocupa sobremanera a los astrofísicos que, de repente, podrían ver cómo se cuestiona toda la cosmología moderna.

En un estudio que se publica hoy en la revista Science, Andrew Steele y Marc Fries, miembros del Laboratorio Geofísico de la Institución Carnegie de Washington, explican que han encontrado grafito entre los minerales incrustados en meteoritos de 4.500 millones de años de edad, cuando se formaba el sistema solar.

"En aquel tiempo, el Sol era muy joven y el viento solar muy fuerte", así que "filamentos de grafito que se formaban cerca del Sol pudieron haber sido explusados hacia el espacio interestelar, y lo mismo pudo haber sucedido en otras estrellas jóvenes", afirma Fries, que reconoce que puede haber mucho grafito difuminado.

Un mineral opaco

Hasta ahí, nada de otro mundo, si no fuera porque el grafito tiene unas propiedades ópticas especiales: es completamente opaco, ya que absorbe toda la radiación en el espectro visible, y además tiene un elevado índice de difracción.

La cosmología moderna está basada en una hipótesis derivada de observaciones ópticas que establece que todas las supernovas tipo 1A brillan igual y su luminosidad, por tanto, está en función de su distancia.

Los astrónomos calcularon así la distancia de las supernovas 1A y, posteriormente, el efecto Doppler-el corrimiento hacia el rojo en el espectro de radiación de los cuerpos en movimiento- les indicó que las estrellas más lejanas se alejaban de nosotros a mayor velocidad. Así pues, desde los años cincuenta, los científicos aseguran que el universo está en expansión a partir de un Big Bang inicial.

En los últimos diez años se ha observado que el universo se expande más rápidamente de lo que su masa y gravedad permitiría, por lo que los científicos han acudido al concepto de materia y energía oscura, que son nvisibles, para explicar este efecto.

Cuestionar la cosmología moderna

Ahora, ese supuesto grafito puede empañar el espacio interestelar y, de paso, toda la teoría científica en vigor: algunas supernovas 1A puede que no estén tan lejos, sino que su luz no nos llega bien por culpa de esa forma hexagonal del carbono.

Las supernovas 1A ya no serían, por tanto, los faros fiables de los cosmólogos, ya que algunas de ellas se verían como brillando entre la niebla de grafito y parecerían estar más lejos de lo que realmente están. "Si el grafito del espacio está absorbiendo la luz de las supernovas, esto puede afectar a nuestras medidas de la velocidad de expansión del universo", afirma Steele en su estudio.

"A pesar de que no podemos adelantar los efectos [de la presencia de grafito] sobre la teoría de la energía oscura, es importante estudiar las características de este carbono cuidadosamente para comprender su impacto en los modelos" cosmológicos.

Hasta ahora los científicos han identificado multitud de elementos que componen el gas interestelar, incluso aldehídos y moléculas orgánicas complejas, pero su identificación supone analizar el sello que dejan en la radiación que los atraviesa. El hecho de que el grafito sea opaco en un amplio espectro de radiación -precisamente el visible- puede haber hecho que estas moléculas no hayan sido identificadas en el espacio interestelar.

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