
Uno de los proyectos más revolucionarios es un nuevo tipo de reactor ideado por los físicos de la Universidad de Texas en Austin. En el artículo, Swadesh Majan un científico veterano del Instituto para el Estudio de la Fusión (IFS) y del Departamento de Física de la citada universidad, sostiene que: “la mayoría de las personas citan a los residuos nucleares como la principal razón para oponerse a la fisión nuclear”. Supongo que todos vosotros estaréis de acuerdo en eso.
La idea de este físico es unir un reactor experimental de fusión tipo tokamak a una viejas central de fisión “de toda la vida” y usar el primero para destruir los temibles subproductos del segundo. Todos sabemos que el problema de los reactores de fusión actuales es que aún no son rentables económicamente en la generación de electricidad (gastan más energía de la que producen), pero como en este caso su función no es la de generar sino la de “triturar residuos” y tienen al lado a un reactor de fisión capaz de alimentar sus necesidades energéticas, pues asunto arreglado. ¡La pareja perfecta!
Para ser un poco más específico el tokamak no triturará (esto ha sido una licencia poética) sino que aprovechará los neutrones producidos en su reacción de fusión para romper los residuos nucleares resultantes del proceso de fisión del reactor tradicional.
Según Mike Kotschenreuther, otro investigador veterano participante en el nuevo diseño: “hemos creado una forma de usar la fusión para destruir de forma relativamente barata los residuos de la fisión nuclear. Creemos que nuestro sistema de destrucción de residuos ayudará a la industria nuclear a convertirse en una fuente energética libre de emisiones de CO2, y por tanto ayudará a combatir el calentamiento global”.
Lo bueno de este invento es que permitirá que las viejas centrales de “reactores de agua ligera” - o LWR - que aún siguen en operación (y que son incapaces de reprocesar sus residuos más peligrosos como hacen las modernas) puedan seguir rindiendo. En los reactores LWR solo se destruye el 75% de los residuos, pero los más tóxicos quedan atrás en forma de fango. Almacenar estos residuos resulta algo muy caro y realmente poco seguro, pero si comenzasen a incorporarse estos tokamaks con forma de botella magnética, se podría reprocesar hasta el 99% del total de los residuos.
Hasta ahora conocemos pocos detalles técnicos del nuevo dispositivo, únicamente dicen que el “invento clave” que lo ha hecho posible es el Super Derivador X, del que dicen que es un dispositivo que permite que el reactor soporte el calor y los flujos de partículas propias de su compacto diseño, permitiendo la producción eficiente de neutrones con los que reprocesar los residuos. Este tipo de tecnología es relativamente nueva y hasta el momento solo se ha instalado en el tokamak MAST del Reino Unido, y en los reactores de fusión DIIID de General Atomics y NSTX de la Univesidad de Princeton.
Lo bueno es que basta con instalar uno de estos reactores híbridos para que su “triturador por fusión” pueda hacerse cargo de los residuos de entre 10 y 15 viejos reactores LWR cercanos, convirtiéndolos de hecho en no radioactivos. Suena realmente bien… de hecho el artículo sostiene que si se consigue, los reactores nucleares serían menos radioactivos incluso que las centrales térmicas de carbón, ya que aunque suene extraño, las térmicas también emiten isótopos ligeramente radioactivos.
Si todo va bien – según afirma el profesor Majan – el nuevo diseño debería estar listo para su instalación en unos pocos años. No es que sea la solución definitiva, pero puede ser la tecnología puente perfecta para enfrentarnos ya a los problemas medioambientales y dar tiempo a que los físicos consigan eliminar los impedimentos técnicos que retrasan el desarrollo de la fusión nuclear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario