
Alguien usó las tijeras de plata celestial para cortar un pedazo de cielo.
La mayoría de los serafines allí reunidos en concilio cayeron,
sorprendidos, a la Tierra.
La versión oficial fue que Luzbel
se las había ingeniado para robar las tijeras, aunque nadie supo explicar cómo.
En la corte empírea otros rumores circulaban.
Querubines y tronos se acusaban entre sí.
Nadie sospechó que las dominaciones quisieran ascender de coro y jerarquía,
ni que tuviesen el valor suficiente.
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