Harina, agua, levadura y sal. Así de fácil... y así de difícil.
Esa es la receta de la masa de una pizza. Compañera solidaria de fervores futbolísticos, apresurada colega de tardías reuniones de trabajo, amiga íntima de soledades gastronómicas, coleguita adolescente, cómoda novia, solución final tras perezas o desastres culinarios, rueda que rueda, la pizza se ha convertido en la alternativa noble –y más sana– a la comida basura. Según qué pizzas, claro. Ya lo decíamos, es fácil.. y difícil, porque la clave está en la masa. Fina, crujiente, con la resistencia justa de absorción de los jugos del tomate, con la capacidad adecuada para aguantar el calor....
Nacida probablemente en Nápoles, aunque sus orígenes se remon tan a griegos o árabes, hay quien asegura que su nombre viene del griego pitta, que significa pan aplastado...
Otros dicen que habría sido traída a Nápoles por los árabes. Los napolitanos no quieren escuchar nada de eso. Para ellos la pizza es napolitana y punto en boca. Pues buenos son; como para un pronto.
Para demostrarlo, aseguran haber descubierto en Pompeya, la ciudad romana que quedó sepultada por la erupción del Vesubio en el 79 d.C. una estatuilla representando a un «hacedor de pizzas».
Claro que no hay pueblo antiguo donde miremos, que no tuviera como base de su alimentación una torta similar a la base de una pizza, con más o menos variantes, por lo que la prueba no es muy concluyente, que digamos.
El caso es que la pizza tal y como la conocemos hoy tenemos que remontarla a un periodo posterior al descubrimiento de América, ya que de allí vino el tomate –que estaba tranquilo en su mata...–, y aún más cerca, con la aparición de la mozzarella.
Eso sí; lo que es cierto es que la pizza Margarita con los colores de la bandera italiana (tomate, mozzarella, albahaca y orégano), la más difundida en todo el mundo y una de las más simples y sabrosas, nació en Nápoles en honor a la reina Margherita de Saboya, en oca sión de su primera visita a la ciudad junto al rey Humberto I en 1889...
Mi especialidad, la de cuatro quesos, jamón ajo y ají, muy condimentada, y a la piedra.
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