viernes, 20 de febrero de 2009

Peosía & Ciencias.


LUZ EN MI PIEL

*
Luna de invierno
en tus iris de agua.
Luz en mi piel.


Ana Muela Sopeña
laberintodelluvia.com



El brillante núcleo de la galaxia NGC5750 revela la presencia de un agujero negro supermasivo activo. 

El agujero negro relativamente tranquilo en el centro de nuestra Vía Láctea podría un día reconectarse, expeliendo tanta radiación que el cielo nunca se oscurecería. Este lúgubre escenario se ha hecho más probable basándonos en una nueva investigación de las galaxias que albergan agujeros negros activos en sus centros.

Casi todos los núcleos galácticos contienen agujeros negros que pesan millones o incluso miles de millones de veces la masa del sol. En los inicios del universo, las galaxias colisionaban relativamente a menudo y sus agujeros negros a veces se fusionaban, acumulando más masa en el proceso y a veces dando origen a objetos enormemente energéticos conocidos como quásares. Con el tiempo, los astrónomos pensaron que los quásares se disiparían conforme agotaran su combustible, y los agujeros negros finalmente se calmarían. Pero hay un problema: Los astrónomos han encontrado centros similares a quásares – conocidos como núcleos galácticos activos (AGN) – en algunas galaxias relativamente cercanas, las cuales deberían ser demasiado viejas para generar tales energías. Por lo que un equipo de investigadores ha decidido estudiar galaxias de edades similares para ver cuántos agujeros negros tienen un nuevo aliento.

El astrofísico Paul Westoby y sus colegas de la Universidad de Liverpool John en el Reino Unido usaron datos del Estudio Digital del Cielo Sloanpara estudiar líneas espectrales de 260 000 galaxias relativamente cercanas. Como informó Westoby la semana pasada en la Reunión Nacional de Astronomía en Belfast, algunas de las 70 000 galaxias estudiadas – casi el 20% — mostraban definitivamente núcleos activos, y 65 000 más fueron listadas como “posibles AGN”. No se entiende qué es lo que causa que los agujeros negros se vuelvan de nuevo activos, debido a que en la mayoría de los casos no hay evidencias de colisiones o fusiones. Las respuestas tienen más importancia que su relevancia científica. El agujero negro central de la Vía Láctea está actualmente en calma, pero si por alguna razón vuelve a la vida de nuevo, podría expulsar rayos gamma y rayos-X letales, posiblemente en nuestra dirección. “Necesitamos comprender la física que hay detrás del disparo de los AGN para saber si se reencenderá”, apuntó Westoby.

Es un hallazgo interesante, dice el astrofísico Christopher Reynolds de la Universidad de Maryland en College Park, pero no están convencido de que todos los núcleos activos apuntados por el equipo de Westoby sean anormalmente energéticos. “Cada centro galáctico es activo a cierto nivel”, comenta. Y a Reynolds no le quita el sueño que el agujero negro de la Vía Láctea se reconecte de nuevo. “Estamos bastante lejos del centro galáctico”, dice, por lo que estamos seguros “a menos que el centro galáctico escale hasta su máxima potencia”.

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