viernes, 20 de febrero de 2009

Un cuento de media noche.


El reloj señaló la medianoche. 
Ella se encontraba en esa zona, entre la vigilia y el sueño, 
en la que la realidad ondula y se retuerce. 
Tres golpes estremecieron la puerta. 
El chirrido de unas bisagras oxidadas 
precedió a una corriente de aire gélido. 
La vela que iluminaba el escritorio se apagó. 

A pesar de la oscuridad, gracias a la costumbre, 
dejó la pluma en el tintero sin vacilar. 

Escuchó los sonidos de la noche: 
El follaje de los árboles agitado por el viento. 
El crujir de las tablas del suelo. 
Una respiración pesada a su espalda. 

El suave deslizar de un cuchillo afilado por su yugular. 
La sangre saliendo a borbotones con cada latido de su corazón… 

¡Qué buena historia, pensó, si todavía pudiese escribirla!

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