miércoles, 11 de marzo de 2009

No todos los finales son...


Y el príncipe con su espada fue cortando las zarzas que rodeaban el castillo
 y acercándose sobre ella, que yacía tumbada, le besó los labios:

- ¡¿Pero qué hacesssss?!

- Despertarte… llevas muchos años durmiendo, Bella.

- ¿Y a ti que te importa eso? 
¿He ido yo a meterme en tu vida? 
¿Tú sabes lo bien que estoy yo aquí acostada 
sin dar una mirada y toda relajada? 

¿Ahora qué?

 A buscar trabajo, un marido, casarme, tener hijos, soportar su adolescencia, estresarme, separarme, llegar a la menopausia, tener sexo una vez al mes, envejecer…

- Vaya… pues no lo había pensado…

- ¡Anda, ve para el ático a ver si encuentras el huso y vuélveme a pinchar,
 
tonto, qué eres un tonto!

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