
Los comportamientos que inducen a la rebeldía en la etapa juvenil están influidos, entre otras cosas, por la necesaria salida de la protección parental, que se produce en algunos jóvenes de forma airada, hasta que logran encontrar sus propias claves.
Algunos investigadores lo achacan a los cambios que se producen en el cerebro, aún en desarrollo entre los 12 y los 25 años.
Según un estudio realizado por los neurólogos Jay Giedd y Paul Thompson, del National Institute of Mental Health, de la Universidad de California,
el área del cerebro especializada en dotar de prudencia a los comportamientos, no madura plenamente hasta los 25 años.
Las pruebas realizadas a 1800 niños y adolescentes estadounidenses, revelaron que los cambios más bruscos se producen a nivel del
lóbulo frontal,
donde se localizan las funciones superiores del razonamiento
y la voluntad o la capacidad de tomar decisiones.
La sociabilidad y el autocontrol también se pueden ver afectados por estos cambios.
y ...
si probamos con un buen golpe en tal lóbulo frontal...
quizá se acomode.

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