
La veo venir caminando en la oscuridad lentamente muy lentamente.
No puedo evitarlo, no quiero evitarlo.
Esta cada vez más cerca, me mira con una mezcla de serenidad y desesperación que no logro comprender, hasta que la tengo a unos pasos de distancia.
Ella intenta correr pero no puede, intenta hablar pero no lo logra,
trata con todas sus fuerzas de que la comprenda, pero es imposible.
Y ahí es cuando lo comprendo todo.
Veo desde lejos a Ella,
sentada en su trono, pensativa y paciente,
calmada como un Diosa.
Entonces miro a los ojos de Ella que ahora se encuentra frente a mí,
y observo como algunas lágrimas comienzan a correr por sus mejillas.
Las toco y estas se detienen, desaparecen.
No soy una Diosa ni un maga, pero aquí puedo emularlos.
Me dide casi en silencio
Claro esto es un sueño.
Veo caer miles de pétalos de rosa desde el cielo, y repentinamente
el día se aclara.
El suelo es ahora un suave colchón de verde pasto, y el aire huele a flores;
las más dulces y hermosas flores del jardín del edén.
No logro comprender este sueño, pero ahora Ella está sonriente, feliz.
Ahora quien no puede moverse soy yo, y enseguida una hermosa niña
se une al sueño.
Corre y se abraza con Ella, que ahora parece ser muchísima más joven,
y bailan alrededor de las flores que revolotean por el campo,
bailan y cantan de alegría.
Se aman, son muy felices juntos.
Me doy cuenta que no comprendo el significado de este sueño.
No conozco a Ella, ni a la niña.
No se que función cumplen, o que función cumplo yo.
Entonces me acerco a ellas para hablarles, para saber el porque de su felicidad,
y cual es la razón por la que yo carezco de sentimientos.
Ahora están sentadas en el pasto, hablando de cosas bellas,
intercambiando hermosos recuerdos, riendo.
Les hablo y es inútil, no me escuchan, y parecen no percatarse
de mi presencia tampoco.
Entonces se me ocurre tocar la espalda de la niña para llamar su atención,
pues ella esta totalmente inmersa en la fantástica historia
que Ella esta contando.
Apoyo mi mano sobre el hermoso cabello que pende de su pequeña espalda,
y la niña desparece.
Ella comienza a llorar con desespero,
y con lágrimas en sus ojos se deja llevar por el odio
y la locura e intenta atacarme.
Me golpea con débil fuerza.
De repente el ambiente se vuelve muy pesado.
El aire se hace difícil de respirar, el suelo se torna totalmente pedregoso
y la noche cubre todo el lugar con su oscuro manto.
Ella me mira con una mueca de tristeza imposible de explicar,
y me pregunta porque me la llevé,
porque si hacia años que no las veía después
de que la muerte se las llevo en ese horrible accidente,
porque si era un momento tan hermoso,
ese que tanto había esperado
y sabía que solo podía cumplírsele en un sueño.
Y yo intento hablar pero no puedo.
Intento explicarle que no fue mi intención,
que yo ni siquiera la conozco
y que jamás le haría daño, pero las palabras están atadas a mi boca,
y no tienen intención de salir.
Repentinamente, algo se gesta en mí.
Una extraña sensación, un sentimiento muy fuerte que me dice que
ya he cumplido con mi designio, que mi trabajo ya esta echo.
Y es ahí cuando realmente lo entiendo todo.
Ella me cuenta que no hay nada peor que soñar algo hermosísimo,
y despertar sabiendo que solo fue un sueño, que fue solo un momento,
y que nunca se va a convertir en realidad.
Luego se marcha por un oscuro sendero, tan lentamente como vino,
y desaparece en la espesa niebla que lo rodea.
Y se que nunca más la voy a volver a ver,
y mientras yo también desaparezco, pienso en cuan equivocado estaba.
Me digo a mi mismo que lo más triste no es despertar de un sueño
y saber que solo fue un instante, y que nunca va a ser realidad, sino saber que yo mismo soy un sueño que fue creado por el hombre, que solo vivirá ese instante, y que cuando el sueño se acabe ya nunca más volverá a existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario