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veces algunos venden una imagen de la ciencia como algo que se niega a la revisión y al replanteamiento de lo considerado dogma o pilar fundamental.
Algo que es absurdo, porque si algo interesa a la ciencia es una descripción lo más precisa posible de la realidad, a costa a veces de replantearse ideas muy profundamente arraigadas.
También es frecuente que algunos aprovechen esto para buscar de forma cuasi conspiranóica fallos en los principios fundamentales, como por ejemplo la búsqueda del móvil perpetuo que prohíbe la Termodinámica.
Y es que una máquina que produjera energía gratis sería un negocio evidente.
Pero el universo no se lo pone tan fácil.
Se plantea si la segunda ley de Newton, que afirma que la suma de todas las fuerzas que intervienen sobre un cuerpo es igual al producto de la masa por la aceleración que éste adquiere está o no equivocada.
Cabe puntualizar que hoy sabemos que esta teoría no es general
y que únicamente es válida en un contexto determinado:
mundo macroscópico y velocidades pequeñas
(es decir, un mundo ni cuántico ni relativista).
Si la segunda ley de Newton está equivocada,
entonces deberíamos encontrar evidencia de ello en el movimiento
orbital de los planetas del Sistema Solar, según un análisis reciente.
La segunda ley de Newton, F = ma,
es una de las piedras angulares de la física moderna.
O al menos lo era hasta los años 80, cuando los astrónomos se percataron
de que las galaxias espirales no la cumplen.
El problema es el siguiente.
Según la ley de Newton cuanto mayor es la distancia,
los objetos en órbita en torno a un cuerpo mucho más masivo que ellos
deberían orbitar más lentamente.
Esto es justo lo que ocurre en nuestro Sistema Solar.
(N. del T: es intuitivo que cuanto más espacio hay que recorrer
más lentamente se recorre la órbita).
Pero las estrellas en las galaxias espirales orbitan mucho más rápido
de lo que predice la Segunda Ley de Newton.
Los astrónomos propusieron dos soluciones a esta contradicción.
El pensamiento habitual sugiere que existe un halo de materia invisible que
"empuja" de alguna manera a las estrellas.
Otros piensan que la segunda ley se va al traste en el contexto
de aceleraciones minúsculas tales como las que sufren las estrellas en el
seno del movimiento galáctico.
Estos tipos han invertido 20 años explorando las implicaciones
de la llamada Dinámica de Newton Modificada
(Modified Newton Dynamics o MOND, en inglés)
liderados por Mordehai Milgrom
en el Weizmann Institute Center for Astrophysics en Israel, que planteó la idea en 1983.
El problema es que la MOND únicamente es válida cuando la aceleración es muy pequeña, tan pequeña que es imposible reproducirla en un experimento en la Tierra por la imposibilidad de distinguir sus efectos de la segunda ley de Newton.
Y las mediciones con estrellas de galaxias lejanas son muy difíciles de hacer
por lo tanto es muy complicado para los astrónomos hallar alguna evidencia
de este punto de vista a favor o en contra.
Pero hoy,
Milgrom dice que han calculado un efecto nuevo de la MOND que debería
ser medible en planetas y cometas de nuestro propio sistema solar.
El nuevo efecto es una fuerza cuadrupolar
(es decir, interacción entre 4 cuerpos)
que repele objetos del espacio sobre el plano de la eclíptica
y bajo éste mientras que atrae los objetos que se encuentran en dicho plano.
Milgrom dice que este efecto debería producir una precesión
en el perihelio de los planetas del Sistema Solar.
Aunque reconoce que las mediciones todavía no se han llevado a cabo.
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