sábado, 4 de julio de 2009

Esta noche en la búsqueda de ...


... los rayos cósmicos de alta energía

(Mendoza)

El Proyecto Pierre Auger intenta resolver uno de los más desconcertantes misterios de la astrofísica: los rayos cósmicos de alta energía,
que son las partículas más veloces del universo
y poseen una energía cien millones de veces superior
a todo lo conocido.
.
Los científicos no sólo ignoramos de qué tipo de partículas se trata;
también desconocemos su lugar de origen y el mecanismo capaz
de impartirles semejantes velocidades,.

Se trata de enigmas que desafían todas las previsiones.
.
"Con los rayos cósmicos ocurre al revés de lo que sucede con la materia oscura -
según nuestros modelos del universo, la materia oscura debería existir,
pero no logramos detectarla; en cambio, en los últimos cincuenta años
se han detectado unos veinte impactos de rayos cósmicos,
pero de acuerdo con la teoría no deberían existir.

Si este experimento tiene éxito,
sus hallazgos probablemente revolucionarán todo lo que hoy
sabemos de física."



Uno de los misterios que nos atormenta a los investigadores
es la procedencia de esta fauna subatómica.

Algunas evidencias sugieren que la incubadora se encontraría en nuestra propia galaxia, en gigantescas explosiones de estrellas que ocurren,
en promedio, una vez cada cincuenta años.

Otras hipótesis plantean que serían no sólo extraterrestres,
sino extragalácticas.

También hay quienes proponen que son producto de procesos ocurridos
en la infancia del universo, cuando era infinitamente denso
y caliente, poco después del Big Bang.
.
Según los cálculos,
es casi imposible que criaturas de semejantes
características lleguen a la Tierra.

"Y sin embargo llegan"
"Simplemente, hacen falta más datos para decidir si alguna de estas conjeturas es la correcta o si la respuesta al enigma es algo totalmente inesperado."
.
Alrededor de 10.000 partículas bombardean por segundo cada metro cuadrado de las capas superiores de la atmósfera,
pero las de mayor velocidad y energía son una rareza:

por siglo, sólo entre una y tres impactan en cada kilómetro cuadrado de la superficie terrestre, lo que las hace muy difíciles de detectar.

Por eso se hizo imprescindibleconstruir un detector ciclópeo,
que permitiera reunir más registros en menos tiempo.
.
La idea nació en 1991, a instancias del premio Nobel James Cronin,
y del director del Observatorio de Rayos Cósmicos de Leeds, Alan Watson.

Se calcula que en 20 años permitirá registrar una estadística
suficiente como para resolver el problema.


"

"Una vez mas vamos a discutirlo todo.
No vamos a avanzar con las botas de 7 leguas
sino a la velocidad del caracol.

Lo que descubrimos hoy, lo borraremos mañana de nuestro pizarrón,
para luego volver a escribirlo otra vez.

Y a lo que deseábamos descubrir,
lo vamos a mirar con desconfianza.
Empezaremos a observar al Sol con la intención inexorable de demostrar la inmovilidad de la Tierra y solo cuando hayamos fracasado y estemos irremediablemente derrotados y sin esperanzas,

lamiendo nuestras heridas en el estado más triste, empezaremos a preguntarnos si no tendramos razón en que la Tierra gira.

Y si sucede que cualquier otra idea que no sea esa se nos derrite entre las manos, entonces no tendremos piedad para aquellos que no han buscado
y que sin embargo hablan."

Bertold Brech, "Galileo Galilei", (1939)

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