viernes, 10 de julio de 2009

otra versión del ...

La invasión de los alimentos tóxicos y envenenados

El fin del mundo no sería como lo han patrocinado hasta hoy en día.

La principal causa sería una semilla
sí, llamada Terminator.

Auspiciada por el gobierno de los Estados Unidos al menos en la época Bush

(Queda saber qué hace al respecto el gobierno de Obama, difícil tarea), junto a empresas macabras de conocido desprestigio:

Monsanto la propietaria, Syngenta, Dupont-Pioneer, asociadas a la Fundación Bill Gates,
Fundación Rockefeller,
Fundación CGiar, Fundación Ford.

Vamos a empezar por los cultivos transgénicos.

Se trata de una semilla envenenada en laboratorio que una vez
que ha generado una cosecha se autodestruye.

Pero ahí no termina todo, las plantas, los frutos, los cereales, llevan consigo dicho veneno,
entre ellos el espantoso y terrorífico glisofato,

la joya de Monsanto, desarrollada por Estados Unidos, de ahí que las plantas crecen perfectas
y sus frutos o cereales sin que haya que cuidarlas.

Este veneno al mismo tiempo se esparce por las tierras y penetra en el agua que no sólo
se mantiene en una región sino que puede transportarse a todo un país c
omo sucedió en Dinamarca.

Como si esto fuera poco, las semillas Terminator contagian a las demás sanas y en poco tiempo todas se hacen transgénicas.

Es decir que hasta las plantas silvestres terminan comportándose como las Terminator,
reando la alarma de desaparecer e ir desertizando cada vez más y más regiones, motivo por
el cual, el ganado y las aves de corral son alimentados con piensos elaborados
a partir de estos venenos, sin que la cadena se frene.

Quedando a su vez en suspenso cómo responderán o reaccionarán mediante sus defensas
los diferentes parásitos que viven de de las plantas.

De momento los gobiernos más fuertes están esclavizando a los países más desfavorecidos y es así como se pueden observar millones de hectáreas
tanto en Hispanoamérica como en África ocupadas por estos cultivos del terror
con el cual alimentan a Asia, Europa y países subdesarrollados,
siendo los principales, la soja, el arroz, el maíz y el trigoChina
es el país que más está cultivando, a gran escala, todos los granos esenciales
(arroz, maíz, trigo y soja.)

Además de los conservantes a base de lecitina de soja y grasas,
etc. de los que poco a poco irán saliendo las listas.

Por ello y para defenderse y tener sus reservas, los creadores de esta macabra actividad,
han construido bancos de semillas sanas.

Según la FAO de momento hay unos cerca de 2.000 bancos de semillas:
el mayor es el del gobierno de Estados Unidos desarrollado en la etapa Bush
y otros grandes bancos son mantenidos por China, Rusia, Japón, India,
Corea del Sur, Alemania y Canadá que tienen una media de casi 7 millones
de variedades de semillas, de las cuales casi dos millones son “diferentes”.


Respecto a Bill Gates se supo que su Fundación tenía que invertir en lo
que fuera sólo 1.500 millones de dólares al año de un capital enorme.

Es cuando da el paso de dejar la dirección de Windows para dedicarse de pleno a un negocio más rentable aún y de cara a un futuro diferente uniéndose a distintas fundaciones
y macrocomercios: Fundación Rockefeller, Monsanto asociado a su vez a la Fundación Ford, Syngenta, Dupont-Pioneer, Fundación CGiar…

(De ahí las grandes y secretas reuniones mantenidas entre Bill Gates y Obama, con el fin de ponerle precio y obtener nuevos contratos y de poder así seguir manteniendo la misma política y comercio sucio y asesino que permitió el antiguo régimen.)

Surgen dentro de un gran enjambre de figuras importantes e influyentes que gracias a sus puestos claves en todos los terrenos, van sacando a flote el proyecto Svalbard,
que consiste en el montaje de una enorme cueva a prueba de bombas y cualquier tipo de ataque con el fin de acumular todas las semillas fértiles y en estado natural ubicada en
Finlandia cerca del Ártico con el nombre “El Día del Juicio Final”.

La cámara del Día del Juicio Final de Svalbard tiene capacidad
para albergar cuatro millones y medio de semillas diferentes.

Monsanto, DuPont, Dow Chemical
tienen antecedentes en términos de manejo de la vida humana.

Desarrollaron y proliferaron invenciones
como la dioxina, los PCB, el Agente Naranja.

Encubrieron durante décadas evidencia obvia de consecuencias carcinogénicas
u otras severas para la salud humana del uso de productos químicos tóxicos.

Han enterrado informes científicos serios de que el herbicida más generalizado del mundo,

glifosato, el ingrediente esencial en el herbicida
Roundup de Monsanto

vinculado a la compra de la mayoría
de las semillas genéticamente modificadas de Monsanto,

es tóxico cuando se escurre al agua potable.

Dinamarca prohibió el glifosato en 2003 cuando confirmó
que ha contaminado el agua subterránea del país.


Todo este entramado está ahora escondido bajo el bunker “Arca de Noé” con más de 100 millones de semillas alegando que ha sido construido por el gobierno noruego vendiéndonos semejante comercio con la idea de que un posible cataclismo o el cambio climático acabe con las reservas.


No sería mejor decir la verdad:

que es un negocio; mientras fabrican transgénicos
para venderles veneno a todo el mundo crean esas reservas.

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