Pensando en algún rasgo de la anatomía femenina que sirviera como clave inequívoca de identificación de género podríamos mencionar el cabello, incluso la voz.
Sin embargo, en estos tiempos de diversidad,
una de las características que identifica más a la mujer como tal, es sus senos… pechos, tetas, chichis, melones, bubis,
o como prefieran llamarles.
Hace unos días hablando con un buen amigo, cuya esposa acaba de pasar
por el amarguísimo trago de padecer cáncer de mama, el cual,
afortunadamente, fue controlado mediante una mastectomía radical (gulp!)
y quimioterapia (doble gulp!).
Mi amigo me comentó lo mucho que se sorprendió al notar,
durante una de las sesiones de quimio a las que acompañó a señora,
la presencia de una muchacha de unos 25 años,
y otras cuantas que parecían frisar las 30 y tantas primaveras,
con el mismo diagnóstico o incluso peor que el de su mujer.
Ya todos sabemos que el cáncer no necesariamente significa muerte pues es tratable si se detecta a tiempo,
pero
¿de verdad hacemos algo al respecto?
Además de las dos poderosas y hermosas razones que todas llevamos
en la delantera, existen otros motivos que deben recordarnos que es mejor prevenir que lamentar: nuestros hijos (presentes o futuros), nuestras familias,
y mucho más importante, nuestras propias vidas.
Exploración es igual a conocimiento, por lo tanto practiquemos
la autoexploración.
Después de todo, nadie conoce mejor los recovecos de su cuerpo que uno mismo… o nuestra pareja, quien incluso puede convertirse en un(a) excelente aliado(a) para este propósito.
Y si quieren tomar esto último como pretexto, les ayudo a reforzar
la intención con los siguientes datos:
1. Las muertes por cáncer de mama han aumentado en el mundo durante los últimos 30 años,
2. Es la primera causa de decesos y el segundo tumor más frecuente entre las mexicanas,
y por ultimo 3.
Los senos son una de las zonas erógenas más importantes de la mujer.
Sí, ya sé que el #3 no tiene mucho qué ver con el cáncer,
de hecho no tiene nada qué ver, pero… qué rico, ¿no?
Por eso, ¡a explorarse y cuidarse!
A.D.A.M.
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