Una vez más, la furia de la Naturaleza se ha hecho sentir,
 en este caso a últimos del pasado mes, en la isla de Luzón, en las Filipinas, donde el tifón Ketsana -allí llamado Ondoy-,
 que tocó tierra con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora, 
hizo caer sobre las zonas afectadas una cantidad de lluvia muy superior
 a la media mensual en esta época del año y batió el anterior récord,
 registrado en 1967.
 Las calles de Manila, la capital, 
quedaron inundadas en un 80 por ciento del total.

La cantidad de agua caída en 24 horas, según la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas, llegó a los 455 mm. En seis horas cayó más agua que en Madrid en un año.










A fecha 30 de septiembre de 2009,
360 personas han muerto y 32 continúan desaparecidas 
por las consecuencias de este tifón, que deja ya más de 450.000 desplazados.
 aquíestuveayer
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